El eterno impuesto sobre las herencias
29 Noviembre 2012 por Joan Planas
DIARI DE TERRASSA
Hace aún no más de un año que la Generalitat de Catalunya acordó la “supresión” del Impuesto de Sucesiones -el que afecta a las herencias- para los familiares próximos, medida que coincidió con los 100 primeros días del Govern presidido por Artur Mas (5/4/2011), cuando ya se está hablando de volver a implantarlo. Con esta medida, Mas cumplió con la promesa estrella de su campaña electoral de dejar esta figura impositiva en la mínima expresión y acabar con la “discriminación” en relación con otras autonomías.
En su día el tripartito formado por PSC-PSOE, ERC e ICV-EA, rebajó en cerca de un 75% el impuesto de sucesiones (si no se suprimió más, a pesar de estar de acuerdo el resto de formaciones, fue con motivo de la negativa de ICV-EA a admitir tal medida).
El mes de mayo de 2012, un globo sonda lanzado por parte del Secretario de Convergència Democràtica de Catalunya, Oriol Pujol, dejava caer la posible reimplantación ante la situación económica.
El resultado electoral ha querido que la confrontación de una mayoría parlamentaria -dentro o fuera del Govern- pase por un pacto CiU-ERC.
Y este pacto, entre otras cuestiones (algunas ciertamente aún más importantes para el país) pasará por la reimplantación del Impuesto sobre Sucesiones.
En todo debate (no sé si se habrá hecho alguno especial sobre la corrupción urbanística municipal y en este caso quizás se excluirá hablar de este tema) sale quieras o no la voz de los partidos que se conocen como de izquierdas hechando en cara a CiU aquella supresión del que ya era una secuela del Impuesto de Sucesiones originario (impuesto que, por cierto, continúa existiendo cuando los herederos no son los familiares més próximos).
La dinámica de miras estrechas de considerar que el impuesto graba los ricos, hace fortuna entre las izquierdas y su público, pero todas las formaciones políticas saben que los ricos no pagan el impuesto. No parlan de la figura de las SICAV (sociedades de inversión de capital variable) que tributan a un 1% (sí, sólo un 1%), donde existe una fuente de recaptación de impuestos importante, por poner un ejemplo.
Como hemos dicho en alguna otra ocasión, si se reimplanta el impuesto sobre las herencias volveremos a hacer buena la frase catalana: “l’impost no grava als més rics, sinó als més rucs (tontos)”. Es decepcionante.
